Miles de millones de personas en el mundo viven en pobreza extrema y en condiciones inimaginables. La mayoría, si no todas estas poblaciones del mundo, tienen escasez de electricidad e infraestructura. Dependen de velas, leña, queroseno y otros combustibles de biomasa para su suministro de energía, lo que perturba negativamente su medio ambiente, su salud y su seguridad personal.
La necesidad de suministros básicos tiene un impacto muy grande en sus oportunidades de progreso económico. Dándoles soluciones de energía renovable que son rentables, exitosas y seguras de usar, permitirán a las generaciones venideras elevar el nivel de vida. Si podemos alcanzar e impactar a las comunidades que están enfrentando problemas de infraestructura, estamos convencidos de que podemos empezar a cambiar este mundo hacia un mejor lugar para vivir.